Pasan los días y el vaivén de la enfermedad hace de las suyas, pues deben comprender que hay días buenos y malos, a veces se avanza y otras se retrocede, deben asimilar que “esta enfermedad es como el mar, a veces está calmado y otras agitado. A veces llegas a la meta y otras veces no. Así es la vida”. Hay que prepararse para lo bueno y lo malo que pueda pasar, la mamá de Rómulo lo sabe y lo conversa con su hijo, no lo deja al margen de lo que significa vivir así y le permite a el también poder conversarlo, hacer suyo el proceso, y hablar de esto con sus amigos y compañeros del Tercero B, pues a ellos también los alivia charlar de la enfermedad como algo normal y con Bobby como un protagonista que hasta mueve la cola.